sábado, 29 de enero de 2011

Gente



Gente que se te queda en la mente, gente que te cruzas y no sabes por qué pero hay algo de ellas que se queda en ti.
Zapatillas de andar por casa, pantalones rotos, abrigo viejo, ojos negros y profundos pero la mirada perdida. No levantó la cabeza ni una vez. Sus manos robustas y sucias, en una llevaba una preciosa rosa, y en la otra, un mechero.

1 comentario: