Todos alguna vez nos quedamos sin palabras. Tenemos boca y no sabemos decir nada, o al menos qué decir. Hay veces que no sabemos mirar las cosas como son; a pesar de tener ojos y poder ver. Quizás esto ocurre porque en dichas ocasiones no hace falta decir nada y basta con simplemente mirar.
Al fin y al cabo, un vaso siempre seguirá siendo un vaso.
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